Al otro lado del muro. La RDA en sus escritores

Al otro lado del muro. La RDA en sus escritores

Zubiaur, Ibon, editor. Al otro lado del muro. La RDA en sus escritores. Madrid: Errata naturae, 2014.

 

Esta antología busca, más que ser una muestra de los mejores textos escritos en la República Democrática Alemana, ser una muestra de cómo funcionaba un sistema literario diferente al que ahora opera en occidente. La antología incluye únicamente textos en prosa (principalmente fragmentos de autobiografías, memorias, diarios o novelas autobiográficas) pues lo que busca es más que nada cierto grado de referencialidad, que los textos den una idea del contexto del que provienen. Tanto Ibon Zubiaur, el traductor y antologador del volumen, como algunos de los autores incluidos hacen notar el papel que jugaba la literatura en un régimen como el de Alemania del Este, en donde funcionaba como la principal plataforma de discusión pública. El papel central que ocupaba la literatura en la RDA, en donde los principales medios de comunicación estaban controlados por el estado, era muy distinto al que ocuparía en cualquier sistema literario que se desarrollara en alguna de las democracias occidentales. “Probablemente”, nos dice Zubiaur en la introducción, “nunca en la historia reciente, y en ningún país, haya gozado la literatura de un papel tan destacado: no sólo por la prioridad que le otorgaba el régimen y las facilidades que ello conlleva (abundantes becas y premios, mercado editorial subvencionado…), sino por la relevancia que le otorgaban los propios lectores”. Por otro lado, si bien el estado proporcionaba todos los medios para que hubiera una constante circulación y publicación de textos, también censuraba o vetaba a algunos autores, quienes decidían dejar de escribir, escribían en secreto, o decidían publicar en Alemania del Oeste, a pesar de los riesgos que esto pudiera llevar.

El sistema literario que nos muestra esta antología es uno en el que autoría y responsabilidad por lo escrito iban de la mano y en el que la persecución y la censura se daban en una mayor cantidad y por mayor número de razones que en el resto de occidente, sobre todo después de los años cincuenta. También se nos muestra cómo la imagen autoral que producían los escritores jugaba un papel fundamental para la circulación de su obra dentro o fuera de la RDA: tanto el antologador como algunos de los autores mencionan que, si bien un autor disidente podía ser censurado dentro del país, la misma etiqueta de disidente lo volvía un producto de interés en el mercado occidental, independientemente de la calidad de su obra. De igual manera, como menciona Günter Kunert en uno de los fragmentos de sus memorias que se incluyen en la antología, que los ciudadanos de la RDA percibieran a uno como un autor perseguido o censurado hacía que estos sintieran mayor simpatía. Llama la atención que esta antología incluye a autores que se encuentran en todos los posibles lugares de este espectro: los que colaboraron con los servicios de inteligencia, como Brigitte Reimann, de quien se recogen algunos fragmentos de su diario íntimo; los que se desempeñaron como escritores-funcionarios, como Helmut Sakowksi, de quien se rescata un corto ensayo titulado “Hay que disfrutar con el socialismo”; o los escritores que elaboraron su obra en secreto y publicaron en el extranjero, como Wolfgang Hilbig, de quien se incluyen fragmentos de su primera novela, Transferencia, la cual guarda un parecido bastante interesante con la obra de Thomas Bernhard. De hecho, podría decirse que cada uno de los quince autores antologados representa, a su manera, un posicionamiento especial (político, estético o moral) dentro del sistema literario de la RDA.

Iván Ortega

UNAM

 

 

 

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